A través de la noche negra, fría, atractiva, soñada, te busco. Te añoro. Te grito. Ella te tiene. Te acaricia. La odio. Si ella tuviese cuerpo, lucharía con ella. Si viese sus cadenas, te las quitaría. Su velo de seda negra, me impide admirarte. Sus manos frías y duras, me retienen lejos de ti. Lloro, lucho, añoro. Quiero cada noche llegar hasta ti. Pero es fuerte y terrible, nos separa. Si en cambio estuviese de nuestro lado, sería cálida y tierna. Sus ojos brillantes y negros nos arroparían al atardecer. Se alargaría durante horas, para que nuestro amor no tuviese fin. Para que mis palabras, caricias y besos cubrieran tu ser. En la lejanía de la bella dama, extiendo mi mano a través de esa oscuridad para intentar sentirte más cerca mí. Para que mis lágrimas fluyan como un río de deseo lleno de estrellas fugaces en busca del camino que lleve al mar de tu boca, de tus ojos, de tus labios, que lleve a ti.
Noche negra, fría, atractiva, soñada. Cada día cuando llegas, te maldigo, pero te amo, porque a veces consientes a tus hijos, los sueños, ser míos y, por un instante me acercas a ella. Noche, bella dama de ojos oscuros y brillantes, te odio y... te amo.
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