¿Pero que era un caballero en la antigüedad?
El caballero era un guerrero a caballo que servía al rey o a otro señor feudal.
El caballero era por lo general un hombre de origen noble que habiendo servido como paje y después como escudero, era ascendido a caballero en una ceremonia que consistía en jurar lo que se conoce como "código de caballerías".
Los ideales de la caballería generalmente estaban protegidos por un aspecto místico en el que convivían las cualidades de la nobleza, las virtudes de la Iglesia y el amor cortés hacia las mujeres. El caballero ideal debía ser un hombre valeroso, leal, piadoso, recto en sus convicciones religiosas y generoso; debía poner su espada al servicio de los pobres y de los débiles.
Otro elemento o principio a defender era el HONOR:
El honor era la pieza fundamental del código de caballerías. Cuando un caballero daba su palabra de honor, no podía renunciar a ella, debía llevar la acción a cabo. Nunca usaban armas de proyectiles si su enemigo no poseía tal ventaja y no rechazaban un desafío de combate hecho por otro caballero, nunca retrocedían ante el enemigo.
Todos los caballeros eran merecedores del respeto por parte de los campesinos y las demás clases sociales. Sus ideales y el hecho de honrar su palabra les ponía por encima de los demás.
Si un caballero faltaba a su palabra de honor, por debilidad o por enfrentarse a un enemigo demasiado poderoso podía redimirse, para ello el caballero buscaba una misión de alto nivel, se ponía al servicio de una dama o al de un caballero de nivel superior, éste debía decidir si se había redimido ya de sus actos o por el contrario realizar algún acto de mayor enbergadura para enmendar su deshonor.
Si un caballero era acusado de cometer un acto de deshonor o de violar el Código de la Caballería, tenía derecho a defenderse en un Juicio de Dios en el que debía enfrentarse a su acusador, o a un paladín designado por éste, si el acusador no era un caballero.
Las normas del código
Valor: Buscar la excelencia en todas las tentativas que se esperan de un caballero, ya sean marciales o de otro tipo, tratando de encontrar la fuerza necesaria para ser usada al servicio de la justicia, en vez de para el engrandecimiento personal.
Justicia: Buscar siempre el camino hacia 'lo justo' sin las trabas que suponen los prejuicios o el interés personal. Darse cuenta de que la espada de la justicia puede ser terrible, por lo que debe ser atemperada por la humanidad y la clemencia. Si lo que tú ves como 'justo' concuerda con lo que ven los demás y lo buscas sin doblegarte a la tentación de tu propia conveniencia, entonces merecerás un bien ganado renombre.
Lealtad: Ser conocido por tu inquebrantable compromiso con la gente y con los ideales por los que decidiste vivir. Hay muchas cosas que requieren un término medio; la lealtad no es una de ellas.
Defensa: El caballero ideal estaba obligado por su juramento a defender a su señor feudal y a todos aquellos que dependían de él. Tratar siempre de defender a tu nación, a tu familia y a todos aquellos a los que tú consideras dignos de tu lealtad.
Coraje: Ser un caballero significa, a menudo, elegir el camino más difícil, el más costoso a nivel personal. Estar preparado para hacer sacrificios personales al servicio de los preceptos y de la gente que valoras. Pero, al mismo tiempo, un caballero debe buscar la sabiduría que le haga ver que la estupidez y el coraje son primos hermanos. Coraje también significa optar en todo, antes que por la mentira fácil, por la verdad. Buscar la verdad cuando sea posible, pero acordándose de atemperarla con la clemencia, porque la verdad pura puede llevar al dolor.
Fe: Un caballero debe tener fe en sus creencias; la fe le libra del desarraigo y le da esperanza para luchar contra la desesperanza que suponen las debilidades humanas.
Humildad: Valorar primero las contribuciones de los demás; no jactarse de los propios logros, dejar que eso lo hagan los demás por ti. Contar las hazañas de los demás antes que las propias, otorgándoles el renombre bien ganado mediante actos virtuosos. De esa forma, se glorificará al oficio de caballero, ayudando no sólo a las personas de las que se habla, sino a todos aquellos que se llamen a sí mismos caballeros.
Generosidad: Ser generoso en la medida en que los recursos propios lo permitan; la generosidad usada de esta manera es contraria a la gula. La generosidad hace más fácil el camino de la clemencia para discernir cuando se hace necesaria una decisión difícil.
Nobleza: Buscar la grandeza de carácter manteniéndose fiel a las virtudes y tareas de un caballero, dándose cuenta de que, aunque los ideales no puedan ser alcanzados, el hecho de esforzase por hacerlo ennoblece el espíritu y hace que el carácter crezca desde las cenizas hasta la gloria. La nobleza tiene tendencia a influir en los demás, ofreciendo un buen ejemplo de lo que puede hacerse al servicio de lo justo.
Franqueza: Tratar de hacer todo de lo que hemos hablado de forma tan sincera como sea posible, no en razón de un beneficio personal, sino porque es lo correcto. No restrinjas tu exploración a un mundo pequeño; busca infundir de estas cualidades cada aspecto de tu vida. Si lo consigues, aunque sea en una pequeña medida, serás recordado por tu calidad humana y tus virtudes.