Siempre que te veo
no se que decir
pues sólo el brillo de tus ojos me hace sonreir
tantas y tantas veces
he llorado por ti
que desee moriir
que desee moriir.
Pero ya no importa
las lágrimas limpian el alma
y alimentan el espíritu
de quienes lloran por amor.
Te espero donde los poetas
duermen en su cuna
a la luz de una luna
hablando con los pensamientos del destino
y dando consuelo a su pobre cuerpo
tantos años sangrando por dentro
que ni las heridas se cierran
con besos de ternura.
Tantos golpes que ya no se
si la piel vive conmigo o está fuera de mi
aguantando palabras que no tienen un por qué
escuchando voces y mentiras
que castigan mi alma
torturando mi vida.
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