Trepando por la mano

En este sentido
como una célula de mis carnes
esperando encontrar alivio,
un ensayo de lo cotidiano.

Entre la maraña de tus ojos,
encuentro la razón de mi vida,
escondida entre las rayas de tu camisa
y en tus bolsillos llevas mi blanco horizonte.

Cuando progresas irrumpiendo de golpe
con tus labios, en mis labios
y sellas un pacto entre palabras mudas,
me haces ser una prolongación de ti.

Trepando por la mano
con tu sonrisa en mi mirada
reflejo del espejo de mi alma
que te proteje de lo que no conoces,
y guarda tus miedos en un cajón
cerrado, desterrado
debajo de un sauce llorón
atado con las venas, de mis brazos
para que no escape la sabia de tu vida.

Te declaro mi hermano
entre los iguales,
te declaro desconocido
entre las masas,
te declaro el amor de mi comedia
el protagonista de mis sesiones.
La línea dada por mis manos
trazada, de forma inequívoca
como una telaraña de procesiones
cultivadas, en cuadrículas perfectas,
en planos cruzados, cuya intersección es
nuestro punto de encuentro.

Trepando por la mano
el sexo llevado a más
en nuestro mínimo encuentro,
mi ecosistema dónde habito
en mi hogar,
cerca de ti, lejos de mi.

El suave tacto delicado que me protege
del exterior, la mutación prohibida
dentro de mi larva,
me procreo en ti como tripulante,
te cuento el proceso de tus etapas,
como un indio que llama a los espíritus de la noche.
Con el humo del pasado,
te invento un decorado de niebla,
para intimar contigo, más allá de nosotros.

Trepando por la mano
en un compás de energía misteriosa
que camina dando pasitos de puntillas
hasta llegar... hasta llegar
llegar a ti.