El ángel y una flor

En la trastienda
Se desola la esperanza
Que inundada de pasión susurra encadenada a una ilusión
Que la vida se guía por el ocaso
La sensación de verte es mayor
Si no pierdo de vista el suelo que piso
Decrepito y sordomudo así anda el cielo
Cuando yo le doy besos
La magia no es divina
El sonido no es terso
La duda es una penumbra desnuda
Que roza con la incredulidad
Asomada al balcón
De la desolación
Las veces que gritas y no oyes
Déjate ver y olvida quien eres
Pues nadie te recordará
Si no golpeas con el puño el suelo
Y sale sangre
Sale muerte
Torna a los infiernos
Maldito sonajero
Que me haces dudar de mi
No hagas ruido de cascabeles
Las serpientes cantan mentiras
Plagiadas a la luna
Encantadas por un hechicero
Que sueña ser rey descalzo
Y sin trono
Que sueña ser caballero
Y heredero del sol
Que en su coraza lleva escrito
El dolor a fuego con una espada
Brotan lágrimas de su piel
Su sombra se murió tras él
Ahora está sólo

Y jura a dios
No volver a caer en
La misma tragedia
En la pereza
Una dama le espera
En aquella duna
Una tormenta de arena le ciega
Y no contento con ello
Hace valiente a la suerte
Y cabalga hacia la locura
Hacia la muerte
No hay dama, no hay duna
Sólo el espejo de su locura
Llega al borde de un acantilado
Y soñando dar un beso
Cae al vacío
Sin castigo, sin dolor, por fín llegó
La hora de decir adios
Al caer una mano le coge
El ángel de la música
Le aguarda en una nube recelosa
Y le pregunta: ¿por qué te tiraste?
El caballero contesta di un beso a una dama
A una bella dama, en una duna
Me esperaba...
El ángel lloró maldad
Cerro los ojos y albergó la duda
Y contestó : aquella dama era la muerte
Te engañó cogió tus sueños
Y los representó
En un espejismo para acabar contigo
Es la venganza de un dios
Que de la envidia que sentía
Te mandó matar
Y utilizó a tú amor como señuelo.

La muerte se esconde en cada esquina
Bésala y déjala caer
Que sepa quien manda

Desde entonces y hasta el fin de los días
Tenemos un ángel que nos cuida
Déjate querer y verás
Como no vuelves a caer
Por el mismo acantilado
Besa la muerte bésala bien
Que sepa lo que duele morir de amor

Sigue el camino del sol
Que tu armadura te proteja
De tantas heridas que sangran
Y si ves a lo lejos una flor
No la cojas, es el demonio otra vez
Si la flor se acerca a ti
Déjate enamorar
Es un ángel que te quiere abrazar
Disfrazado de mortal
Déjate querer, déjate amar
Que las flores y los ángeles contigo están.
Contigo van.

Las palabras de un elfo blanco

que dice más cuando calla

que cuando habla

y que habita en cualquier

pensamiento, en cualquier deseo

guardián de el bosque de las hadas

amigo de los duendes

príncipe de la verdad

el consuelo de los desheredados

y de los desbalidos

que silva melodías sentado en una roca

distante, observando como habla el viento

escuchando a un diente de león

que le susurra al oído

palabras de amor

Estas son las palabras de un elfo blanco

de un ángel que un día te encontró

y te resucitó

que te contó una historia

sin princio ni fin

ahora dime ...

Dimelo.