Acusado de ser precavido
de tener dos dedos de frente
de ayudar a los demás
siempre decadente
siempre malinterpretado
por las neuronas ajenas.
de tener dos dedos de frente
de ayudar a los demás
siempre decadente
siempre malinterpretado
por las neuronas ajenas.
Como un colador de penas
como el culo de una botella
llena de moho y de vergüenza ajena
así ando en pequeñas cajas chinas
encajadas en tristezas
con una marca
llena de patentes
que vuelan sopladas
en molinillos de viento.
La carne echa despojos
pesados y rotos
con número de registro oblicuo
tatuado en un corazón
demacrado, que descosido pierde arena
y deja un rastro
que siguen las hormigas
que viajan a ningún lugar.
Acusado de llevar el aliento en las venas
la sangre llena de recetas
los ojos llenos de luz
que alumbran más que cualquier bombilla
perdida en una ciudad antigua
llena de fantasmas
con espíritu ajeno
con dialecto perenne
con la vida que no caduca.
Si es que soy como un saco
lleno de astillas
que juntas forman un bungalow terrestre
en el cosmos paradisiaco
viviendo en una chincheta
clavada en la pared
de lado, mal que me pese
la sombra, llego ha ser duna.
Acusado
de llevar un esqueleto de 208 huesos de caramelo
forrado de masa de golosina
y andar como si nada, acusado
de escribir cuatro palabras mal puestas
que leídas dicen algo sustancial.
Acusado de llenar las calles
con mi presencia
ya que no estoy a la altura de las circunstancias
me iré a gatas por el pasillo
quizás así llegue más lejos
más puntos de sujeción
más velocidad de recorrido.
Acusado de ser
cometa en una tormenta
velero en una ventisca
acusado de ser cualquier cosa
que se te ocurra.
Acusado de ser yo.
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