Judas, diabólico nazareno

Bandido hipocondríaco
calavera transeúnte
desterrado a su propia oquedad
llena de gusanos
de la conciencia.

Detrás de una mampara
de una cicatriz llena de rejas
oxigenada con una gota
de saliva descompuesta
en esperma fugitivo
de la noche anterior.

Diabólico nazareno
cubierto de melancolía
arrastras los pies al paso
cantas saetas
y te fustigas con tú propia decadencia.

Diabólico nazareno,
dispuesto a cambiar tus orgasmos
por vendetta
señor de la ironía, Judas
falso profeta
no te laves las manos
en nombre de Poncio Pilatos
no vendas a tú hermano a Herodes
Judas tramposo.

Diabólico nazareno
respuesta de los difuntos
orador de penitentes
de maquiavélicos planes
con la cofradía del Santo Sepulcro
viaje al monte del calvario
buscando la deshonra eterna.

Diabólico nazareno
revelador de la tradición elohista
de un dios que se expresa
a través del fuego
del Pentateuco
de la filosofía oriental
de lo espeso del arroz
en palillos ajenos.

Diabólico nazareno
serás comido por Cronos
igual que las horas
que trates de rezar por mi
diabólico nazareno

Verdugo de los lamentos
de la humanidad
con el propósito de velar
nuestro desahogos
bendito espía
de mi propia muerte
maldito soberano
de mi corto suplicio
te perseguiré
como Jesucristo
cargando con la cruz
y a latigazos
te perseguiré
Judas, diabólico nazareno.