Paseo crepuscular

Se puede crear el objeto más bonito del mundo,
con un gesto incómodo,
poco adormecido,
como se espera del creador,
tendencia a la curiosidad,
no representamos nada,
ni siquiera el filo de una daga
puede que sea mi propio enemigo.

En frente de mi mansión,
me detengo a mirar el tiempo que pasa,
mientras que la vida se va,
el paraíso de los dioses del sol,
me acompañan en mi misteriosa aventura,
más allá de las gotas de lluvia.

Esto puede ser lo mejor que haya hecho nunca,
ser el fin de todas las causas perdidas,
y ahora me arrodillo,
lo que realmente importa es la huella,
mi solidaridad con el suelo es única.

Nada con los ojos abiertos,
pensando en el momento,
de ver el viento, en los ojos del tormento,
a través de la realidad,
con la luz de la luna,
sabrás si es verdad como vuela el mar,
paseando de la mano de tu libertad,
trayendo los susurros, atados de placer,
sueños envueltos en bailes,
suponiendo que sepas observar los sonidos,
caudal de razones y nada más,
sangre que nace y cae al suelo rodeando tu mente,
y la oscuridad del susurro de tus inquietudes,
desaparecerán.

Atado por los pies veo salir el sol,
en una triste habitación,
me acuerdo de tú voz,
limpia y sensual,
que me separaba del mal.

Pienso en ti en cada momento,
veo tú rostro en el viento,
que me separa de ti,
dulce melodía es el silbar de tu alegría.

Una noche más vuelvo a pensar en ti,
rodeando mi vida, acariciando un sueño,
vivo amando el latido de la distancia que nos separa,
que jamás me hará olvidar lo que vive en mi.

Una noche contigo es un deseo,
no veo motivos para dejarte ir,
pero veo tu reflejo marchar,
me gusta verte aunque sea un instante,
te contemplo tras un cristal,
es mucho pedir tener una intención,
en mi corazón que navega,
por la sangre de tus venas,
y sube, y sube, no te escondas de mi,
quizás mañana no estemos aquí.

Te lo describo como quieras,
medio en broma, que nunca fue,
pero dime algo en el fondo de mis oídos,
para que haga de preludio,
ahora voy a hablar un poco de mi,
hay que brindar con vino,
para calmar la agonía del hambre,
no se si me manifiesto bien.

Dentro de un sueño ajeno,
me miraba de frente con sus ojos serenos,
quizás no fuera tan simple,
el dolor salió de sus labios,
lo recogí como pude, y lo encerré,
si no funciona, vuelvo a mezclar las palabras,
muchas horas pasaron .. muchos días...
recostado en una silla,
inexpresivo con los ojos clavados en el suelo,
la llave desistió y se cayó,
no es nada personal,
sólo conseguí una confesión entre mis brazos,
no sobraba ni un gramo,
por los altavoces sonaba un último acorde,
dando vueltas y más vueltas,
estaba lleno de enigmas,
entonces pregunté: ¿y si me das un beso y lo dejamos así?

Se tumbó en el suelo,
abandonó sus pensamientos dispersos,
qué relación por así llamarlo,
los negocios, son los negocios,
creo que voy a improvisar,
demasiado tiempo hablando,
si pudiera seguiría así eternamente,
en mi paseo crepuscular
en mi paseo crepuscular.


Pd: contigo.