Voces del desierto

Me grita la noche perpetua en el oído,
y no me dice nada,
sólo son fantasmas del pasado,
que se abrazan a mi garganta,
como grilletes pesados,
que me agarran al suelo,
y no me levantan.

Me dicen palabras que no quiero oír,
me distraigo jugando con la sábana,
mientras te miro en la membrana cerebral,
y me abrazo a ti, para no caerme,
en ese agujero que hay debajo,
que me quiere tragar,
como si fuera el último alimento,
del universo.

Me gusta cuando estamos a oscuras,
porque te veo, te beso,
para recuperar el amor que perdimos,
después de tanto andar, de tanto andar,
¡Cómo me gusta estar aquí!
Si no estoy aquí, secuéstrame,
llévame,
dónde más te guste,
para que te acompañe en los sueños.

En este bioma del mundo,
déjame flotar,
y confundirme contigo,
para crear nuevos ecosistemas.

Conquístame con tus cánticos, duna
arrópame con la arena,
y hazme un sitio,
que yo allí me quedaré siempre,
en el hueco que me dejes,
entre tus vísceras,
y no saldré, y no saldré,
hasta que tú me escupas.
hasta que tú me escupas.

Entonces yo te escupiré,
y oirás,
las voces del desierto.