Capítulo 1.
Andando por la calle vi pasar la virgen de los solitarios, esa a la que todos se encomiendan para no estar solos, un flamenco de barro, un montón de vinilos viejos amontonados, y una caricatura de Jimi Hendrix.
Entonces se me nubló la memoria, viendo que empezaba a caer agua divina, pensando en cuando recorrí otras tierras, unas calles llenas de gente dónde yo siempre decía ¡joder esto parece la Gran Vía!, te chocas con todos, pero con un problema añadido los coches van al revés, tenía que mirar para todos los lados antes de cruzar, cuando conseguías cruzar pasaba un tranvía y cuando no mogollones de bicicletas.
Cuando iba por el paseo marítimo, casi todos los días iba de paseo, quería llegar al puerto andando, mientras mis compañeros se quedaban en sus apartamentos, o se iban a beber cervezas, de tiendas, etc... Mi único interés era ver gaviotas y barcos, un día cogí y fotografié una gaviota con el zoom a toda ostia y parecía un jumbo distorsionado.
Las calles eran rectangulares como en una ciudad romana, todo líneas, los parques cuadrados metidos en cajas con alambrada, y césped muy verde, de noche daba miedo, estar sola por la calle pero yo iba con él.
Todos los días me levantaba a las siete de la mañana, en mi habitáculo, mi cama, con un edredón de plumas, mi mesilla con el mando de la televisión, mi armario lleno de ropa doblada, sacada de la maleta, yo siempre tengo todo muy doblado, y la ropa de poner tirada en la silla, si no está sucia, sobre todo los pantalones, las camisetas las echo a lavar siempre cuando me cambio, al otro lado el cuarto de baño con la ducha de pie, la cocina, la mesa dónde me ponía a escribir estas historias que escribo a veces, dos sillas, y un sillón, dónde me sentaba con él, a charlar de cosas, nuestras y mirábamos por la ventana enorme de la habitación desde la que se veía un árbol, visión de película donde las haya.
Ahora volvamos otra vez al mando de la televisión, quería contar algo sobre ello, si con este mando cambiaba los canales, veía cuatro canales, unos canales rarísimos para mi entendía pocas cosas, pero me gustaba verlos, toda la gente que salía era totalmente distinta a nosotros, me gustaba ver un programa que echaban para niños por las mañanas mientras me comía todos esos crispis, de aquella caja tan enorme, que me duró casi tres semanas, era un programa de un grupo de música, iban de colores, azul, rojo, y verde, a veces de morado, era apasionante para mi ver eso en una televisión pública, ver unos señores que iban en un coche también de colores y aparecían en un teatro lleno de niños reales, hablo de personas reales pero dibujadas, como si fueran dibujos animados, salían a escena, y se ponían a tocar y cantaban, y los niños se volvían locos saltaban de las butacas, como los payasos que salen de las cajas de sorpresas, yo alucinaba viendo eso mientras me vestía por las mañanas, luego echaban otro programa de música tradicional, y una serie que joder cada vez que me acuerdo el capítulo ese que ví me da de todo.
Lo voy a relatar aquí en un resumen, así corto, el capítulo iba de un chico que jugaba en un equipo de fútbol-rugby, y estaban en el vestuario celebrando la victoria, el capitán del equipo, no bebía nada, los demás si, entonces empezaron a cambiarle la bebida por otra, le echaron yo que se, de todo.. y el chaval lo bebía pero como sabía bien pues nada, seguía bebiendo, en esto que llega el entrenador y todos los chavales corriendo a guardar las bebidas, porque estaban prohibidas, el entrenador se fue a hablar con el capitán, y le preguntó: ¿estas mareado por el partido? Y dijo: no que va es que ... hace calor aquí.. el entrenador le contestó: vete a duchar y luego vienes a que te prepare el dossier del próximo entrenamiento para tus compañeros, el entrenador se marchó, el capitán que no podía mantenerse de pie, cogido por los demás, lo llevaron a la ducha, lo ducharon, después lo metieron en el maletero de un coche .... y lo dejaron en el coche en calzoncillos, y cuando se despertó ... fue la ostia verse ahí desnudo casi, sin saber dónde.. en fin... que traumático seguro que a más de uno le pasó esto.
Mientras me vestía ponía la leche en el microondas a calentar, me echaba los crispis, me sentaba en la silla, lo ponía en la mesa, desayunaba con él el zumo de naranja, preguntaba siempre si quería más, o menos, preparaba la mochila, él me daba las cosas siempre muy atento, me daba un lactobit, para que lo tomara cuando estaba en el descanso de las clases, él me decía siempre “para que no cojas bacterias” y yo le preguntaba ¿y tú no las coges? Me contestaba claro a mi me apasionan las bacterias, las estudio, las clasifico, y después cuando me invaden, si es que lo consigue alguna, te las paso a ti, para que compartas hospital conmigo, ¿no te parece romántico esto? Y le contesto si, sobre todo si eres tú el enfermero y vas con falda, jeejje.
A los 5 minutos ya estaba diciéndome venga que vas ha llegar tarde, y yo me despedía de él, hasta que volviera otra vez a mi, en algún momento del día seguramente, pasaban las cinco horas de clase, entre pronunciación y juegos, y después lo que más me gustaba las tardes libres, para recorrer todo con los pies, perdida entre la gente, con él por supuesto, cada vez que cruzaba la calle me decía al oído, mira que no te van ha atropellar los coches en Madrid y lo van ha hacer aquí, y se reía, y yo pensaba en mi madre, cuando le llamaran por teléfono desde una operadora diciendo a su hija la ha atropellado una bicicleta, después un tranvía y para más INRI un autobús de dos plantas que venía detrás, y todo esto en inglés, por lo que mi madre no sabría nada de todo aquello que me pasó, pero él si, que iba delante dándose los golpes por mi, siempre abrazados por la calle, el delante y yo detrás, qué felices éramos.
Pero como la felicidad era un estado pasajero, siempre pasaba alguna cosa que nos separaba, y esta vez fue la noche en una discoteca de dos plantas, con música rechinante para mis orejas, con los compañeros de juergas, ellos bailaban, yo mientras me inventaba alguna melodía rara de estas para él, que siempre me ofrecía un beso generoso, cuando no nos veía nadie, si, entonces mi amiga me decía: ¿qué estará haciendo tú peludo ahora? Lo llamábamos así al chico, para despistar porque podía ser cualquiera, íbamos a la barra a pedir algo, y cada vez que me daban un vaso al revés con el asa torcida y las letras de la chupi cola vistas a través del cristal ponía beso chupi esa era la contraseña, para que apareciera él, mi amiga no se enteraba de nada la pobre chica, me repetía: que pone coca cola y yo que noo lo ves que pone chupi cola, está clarísimo, ella me decía joder menos mal que no bebes que si llegas ,,, donde ves sangría lees “sexi pa to el día”.
Esa era la contraseña entre nosotros, mientras ellos bailaban yo me daba besos con él a solas, qué besos aquellos, y nadie se enteró..
Ya eran las cuatro de la mañana nos fuimos para casa, recorrimos la media hora para casa andando, muy de nooche, nos volvíamos mi amiga y yo siempre las dos juntas, y él por supuesto, yo veía menos la luna porque la tapaba él, porque era más alto que yo, y cada vez que le decía: “que no me dejas ver la luna” él decía: pero que cosa preciosa tengo aquí al lado que es la luna en pequeñito, toda ella es pequeñita, como las estrellas del cielo.. que forman un camino muy muy lejano formado de tus ojitos pequeñitos que beso todos los días mientras duermes.
Mi amiga seguía cantando por el camino canciones rocieras, yo daba palmas y èl, iba detrás dando chasquidos con la punta de los zapatos, chick chick chik palmas palmas chick chick todo rítmico, llegamos a mi apartamento él y yo, mi amiga se fue al suyo propio, ¿qué suerte tengo eh? Después de las palizas que nos dábamos abrazados como dos niños pequeños debajo del edredón de plumas, él leía mis libros de lectura inquieta mientras yo, me quedaba dormida encima suya, después en sueños yo oía de lejos: “que hermosa está dormida” me cogía así despacio y me dejaba sobre la almohada, cerraba la cortina, apagaba la televisión, él lo hacía todo por mi, hasta se metía en mis pesadillas y me rescataba de las brujas del norte, que siempre me dieron mucho miedo, si, pero él se disfrazaba de arlequín y con un acordeón las acordonaba a las brujas, y las daba con el fuelle, yo dormía como una reina, en un castillo mientras, en “Ciudad espuma” en mi burbuja dentro, que él sabía de sobra donde estaba, tenía ya un croquis para encontrar mis burbujas y eso que cada vez las cambiaba de sitio.
Ya estaba dándome un rayito de sol en la cara, cuando él ya me había preparado el desayuno, me ponía el mando de la tele, me preparaba la ropa, era un despertar sin querer se ponía a darme besos en la nariz, y en la boca despacio, entonces me hacía la dormida aún, no quería despertar ... y sonó el despertador, ya vuelta a la realidad.
Adios besos, adios él ... estamos tan compenetrados que nos vamos hasta a la vez de la cama, quien lo consigue esto, casi nadie,,,
Preparando el viaje a la playa, habíamos decidido ir a ver los acantilados, y un pueblo pesquero, cogemos las mochilas, el tren, mis compañeros, yo y él, que siempre iba en tamaño diminuto en mi bolsillo, para los viajes habíamos firmado un contrato que viajaría así porque no quedaba más remedio.
Él contentísimo tocaba partes que otros ni podrían suponer que existían debajo de tanta ropa, pero él se quedaba allí como los gi joe del cobra comander, acoplado en mi, era una sensación tan extraña ver a él tan indefenso en mis manos jejeje podría hacerle de todo en esos momentos jejeje, pero .. luego se vengaría en la playa y se metería en el bikini a hacerme cosquillas, no podía dejarle ahí dentro, a sus anchas una cosa es el querer y otra el dominio, se me ocurrió llamar a un señor que estaba pescando en la costa: oiga señor ¿sabe donde puedo encontrar una caracola marina así grande? Me contestó un poco meditabundo y soñoliento tantas horas pescando, y yo tantas horas con él, da para mucho el pescado y las caracolas.. al rato me contestó si te vas cerca de unas rocas que hay detrás de aquel pequeño vote seguro encuentras alguna pero tienes que tener cuidado con los cangrejos, que por estas fechas están más hambrientos que nunca, vale gracias le respondí..
Fui en busca de las rocas, pasé el vote, entonces me acorde de Nemo, cuando el pez decía hay una bota, hay una bota, yo le encontré otro significado al vote, si, hucha de peces, seguí andando encontré las rocas había espesas algas verdes.. y él en mi bolsillo me hablaba hola cariño que tengo calor aquí metido, yo le contestaba espera cielo que como te caigas en las algas verdes esas a ver como te sacamos como te quedes ahí enredado, y tú como eres un enreda ya de por si, tendríamos que traer el gato pata sacarte... él se reía con su maléfica sonrisa de picaruelo ya tengo una gatita aquí conmigo para acariciarme con sus manitas .. mientras yo correspondí con “no te van ha salvar ni los cobra comander esta noche” él contestó vale preciosa pero quiero morir en tus redes, cual ratón vestido para un baile de cenicientas, a las 12 te espero..
Por fín encontré la caracola gigante la cogí con la mano, y le di las llaves a él para que se alojara, ya les gustarían a otros una suit como esa, con canción “voces de mar” a todas horas, brisa, él sentado en sillón caracolístico al estilo Gaudí formas imposibles, toda la decoración pensaba exclusivamente para él, ¿te gusta? Claro amor si es que tú eres un cariño con piernas, todo detalles... dónde vas como San Miguel triunfas, que te quede claro que la Sirenita a tú lado es vieja con artritis, ojalá pudieras compartir la caracola conmigo, me encantaría en este momento.. pero ya se que no puedes,, porque eres tan grande como Alicia cuando se tomó aquel pastel que ponía “cómeme” y creciste tanto, ya no te alcanzo, y por mi no llores para hacerte pequeñita porque si no luego a ver como me llevas de vuelta a casa, con lo guapa que estas cuando sonríes, ya te lo he dicho muchas veces.
Ahora vete a jugar con los demás niños, de tu escuela, que yo te espero en la caracola a que vengas, pero no me dejes cerca del la orilla a ver si se me va ha llevar una ola, amor. ¿Y que sería yo sin ti? No lo dudes un mar de lágrimas...
Capítulo 2.
Después de dejar en la caracola a él, fuimos a ver el paisaje de la costa, los barcos, las focas, había una muy graciosa y muy chiquitita, se llamaba Bambina, hacía equilibrios con los peces, que se quería comer, saltaba entre las amarras de los pesqueros, hubo un momento, que salpicó con su sabiduría el agua, con tan mala fortuna que me salpicó una zapatilla, pero bueno no se lo vamos ha tener en cuenta por ahora.
Pasaron las horas, como a las 5 de la tarde se hacía de noche, fuimos recogiendo nuestras cosas, y claro, como no, tenía que ir a recoger la caracola.
Fui andando hacía las rocas donde dejé a él, yo iba cantando una canción por lo bajinis que decía así “había una vez un circo”, no se por qué siempre canto cosas, esa era una de ellas, de pequeña me llevaron mucho al circo, entonces claro es lo que tiene crecer entre esos animalitos, leones, elefantes, monos, payasos, recuerdo una función de Teresa Rabal, y otra de Torrebruno, bueno a lo que íbamos.... ¿Hola cómo estás? Le pregunté: me dijo: sin ti un rollo, aburridísimo a más no poder, menos mal que ya volviste de tú peregrinaje, me tenías aquí en las últimas agonizando.. ¿no será para tanto no? Si que lo es sí. Bueno venga cogeme, y meteme al bolsillo, que tenemos que coger el tranvía, para volver a la ciudad, anda que no tenemos que contarnos cosas ¿eh? Lo que te entretienes chica, ahí mirando gaviotas, sólo han pasado unas horas y me he muerto sin ti, y resucitado contigo.. qué magia tienes hay que ver. ¿quién te dio clase? No me lo digas..
¿Magia borras? Seguro...
Él como siempre con sus frases célebres, pero le aguardaba una sorpresa, que no sabía ni él ni yo, porque fue improvisada, para no variar en mi modo de vida, cerca de la estación vi un cartel muy interesante, y él alucinado cuando lo vio, entonces le salió la vena creativa, y me dijo: ¿grabamos un disco? Y yo por mi ya ves... esto es como hacer la cena, primer plato, segundo y tercero, y luego klaketas, 1 2 3 tac tac que se nos va el tiempo, y cuidado con los acoples, yo siempre voy con acoples, se me acopla el micro, con el altavoz, y cuando no, con lo que sea, él estaba en trance, con tanta fusión de espectros, ni haciendolo a posta te sale mejor, aparecimos en los estudios de grabación de U2, en los primeros legendarios estudios.
Cuando ya éramos famosos allí, porque la que liamos fue gorda, menos mal que la cárcel estaba cerrada, que si no, nos enchironan, hipotéticamente hablando, después del susto que pasamos, fuimos de paseo por la zona del T bar, él quería ir a mirar tiendas de música, le gusta tanto la moda, que quería ir a mirar tiendas, es normal oye, le acompañé como es lógico somos pareja de hecho, sin hacer, le pregunto ¿pero a qué tienda vamos? Me dice a esa vieja y cochambrosa que hay en ese callejón, ¿esa? Si.
¿No había otra? Supongo que si, pero esa tiene personalidad propia, es la nuestra, mira ¿no querías un póster de Jim Morrison? Ahí tienes, mira cuantos cuadros de Elvis, y de Led Zeppelin, preciosos, él ¿por qué tienes la misma neurona que yo? ¿qué nos han parido juntos a años luz de distancia? Puede ser,,, no te digo yo que no, dale las gracias a Dios que nos presentó, en un día amarillo, del mes azul, del año agrietado ese, cuando lo verde era más triangular que otra cosa, y te pusiste unas Bermudas y mira lo que pasó, que desaparecimos al instante.
Capítulo 3
Eran las 5 de la mañana cuando partimos hacía Belfast, cuatro horas de autobús, él dormía conmigo en el asiento, los dos juntitos, después de una noche de juerga, me acuerdo que nos abordó uno por la calle que quería fuego, preguntaba Do you smoke? You have burner? jejeje que pesao de tio, encima iba medio borracho..
Llegamos a la estación de autobuses, y allí nos esperaba el guía del tour.. como molaba el conductor, contaba historias en inglés, y él cantaba canciones conmigo mientras, veíamos el paisaje.. precioso, vimos una oveja que parecía un caballo lleno de pelos, enorme, fuimos a ver la calzada de los gigantes, la 8ª maravilla del mundo, casi nos lleva el aire, menos mal que nos agarramos, cuando vamos de viaje es mejor ir con él,...
Después cruzamos un puente anémico sobre el mar, y aparecimos en una especie de islita pequeña desde donde se veía Escocia con los ojos, nos sentamos allí, que bonito era todo, los dos agarraditos allí, como Heidi y Pedro, mientras haciamos fotos, a las amigas, siempre íbamos con prisas. Ya llegaba la hora de comer, no me acuerdo que pedimos creo que sopa de pescado, buenísima con mejillones, gambas, aggg y de postre... unas magdalenas gigantes de chocolate, riquísimas y galletas, muchas galletas, pasteles, riquísimo todo.
Creado el 23/03/2008
Capítulo 4.
Él y yo se transformaron en un portal místico ahora comienza la historia de Richie y Valentine: los guardianes del tiempo.
Los personajes de esta historia comunmente conocidos como él y yo, pasan a llamarse Richie y Valentine, vamos a hablar un poco de ellos, una pequeña descripción de sus facetas:
Richie: era un guitarrista que cuando tocaba la guitarra volvía niños a las personas, paraba el proceso vital, el reloj de la vida, y cuando tocaba tres acordes, moría alguién en algún lugar.
Valentine: era la amada de Richie, se conocieron en una vida anterior, los dos practicaban la alquimia, inventaron la desacelerización del tiempo. Ella tenía el don especial o la capacidad para embrujar las mentes y los sentidos, con tan sólo utilizar la tinta sobre el papel, era quien se encargaba de escribir las canciones.
Richie y Valentine eran los guardianes del tiempo, eran hermanos siameses, separados al nacer, que una vez cumplidos los 15 años, cuando èl se encontraba en Filadelfia viviendo con unos padres de acogida, se encontraron en algún lugar, que más tarde veremos.
La madre de Richie y Valentine murió al darlos a luz, en aquella época la medicina no estaba muy avanzada, en pleno siglo XVIII.
Como en casi todas las historias los padres, son los que se echan atrás ante los problemas, este fue un caso más, su padre se horrorizó tanto de ver aquel suceso, que dejó a sus hijos siameses en la puerta de un convento, fueron recogidos por la madre Zoraida, religiosa misionera árabe que durante la peste, recogió a todos los enfermos, huérfanos, y desprotegidos de la ciudad de Santoral.
La guitarra de Richie estaba fabricada con madera de sauce llorón, y las cuerdas con pelo de bebé recien nacido, Richie siempre viajaba con su guitarra en un estuche, Valentine se encargaba de llevarle a todos los sitios, no se si sabrán que los niños siameses utilizan los órganos vitales del otro para vivir, pues bien en este caso, Richie nació muerto utilizaba a Valentine para sobrevivir, y para conservarse dormía en la oscuridad, tenía que vivir muerto, sólo se alimentaba de Valentine, a través de los fluídos corporales todas las noches se acostaban juntos hasta que Richie saciaba su apetito, era una simbiosis perfecta de besos, caricias, deseos y pasiones.
Próximamente más...
(Él existe en realidad... )
PD: En Irlanda escribí la historia de Él y Yo una historia muy larga, mientras buscábamos un póster de Van Morrison (afanósamente). Pero lo más importante de este viaje es que conocí a un chico, más joven que yo, un poco perdido quizás, estaba entusiasmado porque yo era "artista" quería ser cantante también, entonces intercambiamos los teléfonos, como dos niños ... desde entonces hemos mantenido la amistad.
Ahora este chico que me llamaba cada semana.. es una estrella de Hoollywood. (Siempre dije que era adorable).
En el fondo siempre fui un poco "confidencial"..
Creado el 11/05/2008